
El aprendizaje y la estimulación durante esos años son fundamentales para ayudar a los niños pequeños a alcanzar su pleno potencial. La educación en la primera infancia puede mejorar las habilidades cognitivas; reducir las tasas de repitencia y de deserción escolar; aumentar la retención escolar, y ayudar a desarrollar habilidades socioemocionales y de preparación para la vida, así como la capacidad de aprendizaje que requieren los niños para prosperar como adultos en un mundo que podría ser muy diferente de nuestro mundo actual.
Sin embargo,