Esta página en: English

Mi madre, Manel Kirtisinghe, resumió lo que significaba la pérdida de un ser querido en el tsunami, cuando escribió en su diario: “Lo que posees profundamente en tu corazón, no te lo puede arrebatar la muerte. El 26 de diciembre de 2004, Prasanna se fue, dejando para mí un vacío que perdura y una silenciosa pena que duele mucho”.
Prasanna era mi hermano y este año cuando realicemos los rituales religiosos en su memoria, mi madre no estará allí con nosotros. Nos dejó a comienzos de este año. Prasanna era nuestro baluarte y el trauma de su muerte se hizo sentir con tanta intensidad que nos tomó siete años reconstruir nuestra querida casa y volver a ella. Mi mamá estaba feliz de regresar a la casa a la que había llegado como una novia en 1944, pero se negó obstinadamente a ir a la veranda trasera o a caminar por la playa, algo que realizaba dos veces al día antes del tsunami.